Tu llegada marcó mi vida de una manera que jamás podré explicar. TODO CAMBIÓ a partir de ese momento y lo más probable es que tu ni siquiera seas consciente de ello.
Eres el mejor maestro que he tenido, pues de ti he aprendido que no necesito hablar para comunicarme. Que para demostrar amor a veces sólo hay que sacudir la colita, y que una sacudida de esa misma colita puede mover más que cualquier maquinaria pesada.
Paseamos con tu collar y tu correa puesta, pero ese no es el lazo que nos une, ya que lo que realmente nos une es mucho más fuerte, mucho más largo y sólo se puede ver con los ojos del corazón.
Cuando no estoy en casa pienso cada segundo en ti.
¿Que estarás haciendo? ¿Te quedará agua? ¿No tendrás mucho calor? ¿Estarás bien?
Y obviamente mientras pienso en ti, me comen por dentro unas ganas inmensas de abrazarte.
¿Será que tu me piensas igual?
Alguna vez dejé una cámara escondida mientras no estábamos en casa y me rompió el corazón ver como lo único que hacías era sentarte frente a la ventana esperando nuestro regreso.
A veces no comprendo tus brincos y tu emoción cuando llego a casa. Lo único que quieres es una caricia o darme una lengüetazo en la cara. A veces no entiendo que estuviste todo el día esperando ese momento, esa palmadita, esa caricia o ese beso.
A veces se me olvida que yo también pasé el día deseando estar contigo, acostados en el sofá.
Discúlpame por todas esas veces que me he enojado o te he gritado. No siempre te entiendo, ni la razón de tus acciones.
Me agobia el pensamiento de saber que tu vida será más corta que la mía, y si no fuera así, me aterra el imaginar que yo me puedo ir antes y te dejaría sólo a la deriva.
¿Y si paseamos juntos por el mundo?
Me encantaría llevarte a todos lados conmigo, aunque la gente no entienda por que me emociona y me hace tan feliz que me acompañes. Aunque la gente siga pensando que no es lugar para ti, yo te seguiré llevando.
Recuerdo esa vez que nos fuimos de viaje, era tu primera vez conociendo el agua y no te gustó. Tengo muy claro en mi mente mientras estábamos en el mar y te abrazaba para calmarte. Poco a poco te fuiste relajando hasta quedar suelto en mis brazos. Ese ha sido uno de los MEJORES DÍAS DE MI VIDA.
Eres mi orgullo y daría mi vida por ti si fuera necesario.
Tantas cosas que te diría si tan sólo pudiera hablar contigo. Pero lo mejor de todo es que no necesito decirte todo lo que siento. Estoy seguro que a nuestra manera nos entendemos.
Gracias por todo Compa, gracias por llegar a sacudir tu colita y mi vida. Siempre serás mi mejor amigo.