Los perros de La Habana, no son realmente los perros de La Habana. Yo más bien diría que son los perros de Margarita.
Antes de ir por primera vez a este intrigante país, vimos muchas publicaciones en internet de visitantes que hablaban sobre algunos perros que caminaban muy felices por la ciudad portando en su cuello una identificación con nombre y fotografía.
Algunos decían que era un proyecto financiado por el gobierno. Otros nos dijeron que los mismos museos y edificios de la zona eran los encargados de cuidar a estos perros.
En internet se dice muchas cosas, pero pocas son ciertas. Una tristeza enorme que el nombre de Margarita no salga a gritos cuando se habla de ellos.
¿Quiénes son los perros de la Habana?
Los famosos perros de la Habana, es un grupo de perros, que caminan por algunas calles de las ciudad portando una identificación en su cuello.
Esta identificación tiene su nombre, su edad, el edificio responsable de su cuidado y dice también si está esterilizado. Además, invita a la gente a respetarlos con una leyenda que dice “NO ME MALTRATES”.
Sus nombres son: Vladimir, Canela, Mulata, Aparicio, Pelusa, Cortíco (falleció unos días después de nuestra visita), y la NIña.
Ellos se encuentran en la Plaza de Armas, pero si caminas un poco hacía la plaza Vieja, en el edificio donde está la cámara oscura (muy recomendado, por cierto), viven otros dos. Sus nombres son P (Pe así como se pronuncia la letra) y otra Niña.
Estos perros han sido motivo de sorpresa para muchos turistas que al verlos no pueden evitar tomarles cientos de fotos para sus redes sociales.
Lo triste es que las personas se llevan una idea equivocada, pues les dicen que todo eso es obra del gobierno. Nadie menciona a Margarita.
¿Y quién es Margarita?
Margarita es la persona que empezó todo esto que hoy en día es un ícono mundial.
Antes su trabajo estaba cerca del parque donde están los perros, y la encargada previa, ahora jubilada, era también una amante perruna. Por lo que todo se dio de manera natural.
Hoy en día, esos lugares están en remodelación y Margarita ya no trabaja ahí, pues fue movida a otro parque ubicado a unas cuantas calles.
El problema es que nadie cuida de estos pequeños como ella, y ella lo sabe.
Por eso, cada día pasadas las 4 de la tarde cuando sale de su trabajo, va directo al parque cargada con tuppers de arroz, leche y lo que le es posible para repartir entre sus pequeños angelitos de 4 patas.
En este video puedes conocer a Margarita, y escuchar de su viva voz lo que piensa y siente.
¡Ya basta de darle el mérito a quién no lo merece!
En el tiempo que estuvimos ahí, la fuimos a visitar en dos ocasiones. Siempre nos recibía con una sonrisa y una buena plática.
Lo digo y lo repito, MARGARITA ES NUESTRA PERSONA FAVORITA EN TODO CUBA.
Ella sacrifica todo por darle una comida diaria a estos peques. Sale cansada, incluso enferma y aún así sabe que si ella no lo hace, nadie más lo hará.
Sin embargo, a nosotros los turistas nos dicen que es el gobierno quién lo hace, o que son las empresas.
No deberían conocerse como los perros de La Habana, sino como los perros de Margarita.
¡YA ES HORA DE QUE LOS APLAUSOS SE LOS LLEVE MARGARITA!
¿Cómo puedo ayudar?
Si tienes un viaje planeado a La Habana, puedes prepararte y llevarle algunas cosas que seguramente le serán de gran utilidad.
En el video que grabamos, menciona que con el calor las pulgas y garrapatas son un problema, así que cualquier medicamento o tratamiento le sería muy útil. Yo uso lo collares antipulgas y garrapatas.
Shampús y jabones siempre son bienvenidos.
Nosotros en lo particular le dimos un poco de dinero para que ella lo use como crea conveniente. Lo mismo hicieron unas turistas españolas que se estaban tomando fotos con los perritos.
Pero el día que regrese sin duda la contactaré antes para preguntarle cuales son sus necesidades y encontrar la mejor manera de ayudarla.
En una de las casas donde nos quedamos había un perrito hermoso. Tenía la actitud de un niño chiquito. Su juguete favorito era una oso de peluche que cargaba en su hocico a todos lados.
¡Hasta que vio un pequeño peluche que yo llevaba! Su mirada cambió. Me veía con ojos de amor, suplicando que le de el juguete. Y claramente, no me resistí. Se lo regalé y fue el momento más bello del día.
Cuidemos de nuestro planeta
Como dato adicional, me llevé mucha tristeza de ver lo sucio que es la Habana y la falta de cultura ambiental en general que hay en el país.
Les comparto mi forma de pensar, por que si no cambiamos nosotros, nada cambiará.